En el marco de una realidad cada vez más grave para los argentinos, el oficialismo apela a un nuevo relato para descalificar y acusar a la oposición de promover la desestabilización y un golpe de estado.
El relato mentiroso desde la cima del poder político pretende no solo desviar la atención de la sociedad sino además, enrostrar las culpas de la acelerada degradación de los últimos meses a la oposición. La mayor desestabilización del gobierno proviene de sus propias filas, de la vicepresidente manipuladora a quien no le importan las consecuencias de sus acciones con tal de obtener su impunidad; del Instituto Patria; de declaraciones de Hebe de Bonafini; de Berni agraviando al presidente; de Máximo Kirchner renunciado a la presidencia del bloque oficialista, entre otros penosas situaciones. No es la primera vez que se genera éste tipo de zozobra en la sociedad –ahora con inusitada gravedad- producto de la puja interna de poder cuando ha gobernado el peronismo, cuyas consecuencias la debemos pagar todos los argentinos.
No solo se lesiona la figura presidencial y la institucionalidad, sino que también se incita a la violencia tanto desde el delirio setentista tardío, como desde el mesianismo de la derecha con diversas expresiones del propio peronismo que nada tienen que ver con nuestro espacio político. Tanto Juan Grabois como Aldo Rico son plenamente ajenos a Juntos por el Cambio y mucho más a la Unión Cívica Radical.
Esta oposición, que integramos, lejos de desestabilizar o propiciar un golpe de Estado ha dado enormes muestra de defender la legalidad y tener una actitud sumamente responsable a diferencia de muchos de los propios legisladores oficialistas que hoy firman comunicados en el que mienten descaradamente. En efecto, fue Juntos por el Cambio quien contribuyó a aprobar el acuerdo con el FMI ante la negativa de apoyo a su propio gobierno de parte de los falaces acusadores.
Háganse cargo alguna vez del fracaso.
Hoy más que nunca podrían practicar aquello de … “PRIMERO LA PATRIA”.